Presentada en 2007 y lanzada al mercado el 1 de julio del mismo año, la Triumph Street Triple es lo que podríamos llamar un gran éxito, por no decir un triunfo. Y no son los pocos meses de espera entre el pedido y su llegada a su garaje los que me contradicen…
Un año después de su lanzamiento y unas 7.600 ventas más tarde, Triumph decidió lanzar una versión revisada, señala el concesionario de motos de segunda mano Granada Crestanevada. Pero como no es cuestión de cambiar un negocio exitoso, el aspecto general de la moto sigue siendo un calco de la Street Triple, que ahora llamaremos el modelo «base».
La Triumph Street Triple R 2009 es reconocible, en primer lugar, gracias a su color específico, grafito mate, decorado con logos naranjas, pero también gracias a la llegada de un asiento bicolor y un manillar firmado por Magura (el de la Speed…). La nueva moto estará disponible en enero en una versión naranja mate con logotipos de grafito…
La gran revolución de esta versión R es la adopción de nuevos componentes de chasis que, recordemos, fueron objeto de una campaña de retirada de productos en marzo de 2008. Pero en lugar de tomar de un catálogo estándar, la Street Triple R se da el lujo de trasplantar el chasis de la moto deportiva de la marca, la Daytona 675.
La horquilla, el amortiguador trasero y el sistema de frenado con pinzas radiales son los principales cambios de la Street Triple ‘R’. Aunque sobre el papel, sospechamos que la Street Triple R ha sido «deportiva» al adoptar el chasis de la moto deportiva del año (con 3 títulos consecutivos), ¡qué es en realidad! ¿Se ha favorecido la eficiencia en detrimento del confort? Y sobre todo, ¿está justificado el coste adicional de 800 euros?
Aunque las pruebas de prensa tuvieron lugar en la mítica Isla de Man, puedo decir enseguida que no tenemos nada, pero nada, que envidiar a nuestros vecinos ingleses. Efectivamente, fresco y húmedo… así fueron los tres días de pruebas. Así lo sentí.
Como hemos comentado en la introducción, el aspecto de esta Triumph Street Triple R 2009 no ha cambiado ni un ápice y las características técnicas que entrega el mítico tricilíndrico en línea se mantienen inalteradas. El motor de 674,7cc sigue ahí, al igual que la potencia, 106 CV a 11700 rpm, y el par motor, 7 mkg a 9100 rpm. El depósito de combustible sigue teniendo una capacidad de 17,4 litros y el peso en seco sigue siendo ridículamente bajo, 167 kilos, sólo superado por la Ducati Monster 696.
A partir de ahí, no es un problema para el propietario de una Street Triple, ya que el velocímetro también forma parte del viaje. Agradable a la vista, muy completo, con luz de cambio, toda la información está ahí: tiempo, cronómetro, velocidad media, consumo medio, consumo instantáneo, distancia restante antes de la bomba. No se ha olvidado nada. El único problema es que el manejo de los tres botones sigue siendo acrobático debido a la colocación de las distintas vainas…
El sonido sinuoso que sale de este tricilíndrico es simplemente fascinante. Un silbido que sale del motor y un sonido profundo que sale de los dos silenciadores colocados a ambos lados del asiento del pasajero. Pero cuidado, dependiendo del grado de ángulo impuesto al acelerador, este sonido varía y pasa por varias fases. Todavía me estremezco. Y te prometo que no es por el frío.
Después de unos cientos de metros, aparte de que he perdido toda la sensibilidad en las manos y las rodillas, lo que me llama la atención es lo fácil que es manejarla y la facilidad con la que se desliza entre el denso tráfico parisino de camino al fin de semana.
Aunque ha perdido algo de amortiguación con respecto a la Daytona 675, lo que me llama la atención en primer lugar es el confort de la suspensión con una importante ganancia de eficacia en el ataque. La amortiguación de la Street Triple ha sido a menudo criticada, por lo que Triumph ha rectificado seriamente ofreciendo el compromiso ideal con esta amortiguación a la altura de su caldera.