El equipo del Dr. Ignacio García Espona sabe que hay muchas maneras de proteger sus dientes blancos perlados durante su tratamiento de ortodoncia. Si sigue las reglas y se cepilla los dientes dos veces al día, usa el hilo dental con frecuencia y protege sus aparatos de los daños, debería tener un tratamiento de exito.
El esmalte dental es la cubierta exterior de los dientes. Es más fuerte que el hueso y está hecho de calcio y fosfato. Tu saliva también está cargada de calcio y fosfato y baña los dientes para mantenerlos fuertes.
Cuando comes cosas como caramelos, galletas o fideos, las bacterias causantes de la caries empiezan a darse un festín con los carbohidratos de estos alimentos. Esto produce ácidos que atacan tu esmalte. Hace que el calcio y el fosfato se desprendan del esmalte de los dientes, dejándote más vulnerable a las caries.
Sin embargo, la saliva interrumpe el ataque, ya que recubre los dientes y vuelve a añadir calcio y fosfato para reemplazar lo que se ha eliminado.
Aquí es donde el flúor es el superhéroe. Cuando la saliva contiene flúor procedente de fuentes como la pasta de dientes o el agua, los dientes pueden absorberlo. Una vez en el esmalte, el flúor se une al calcio y al fosfato para crear el sistema de defensa más potente que pueden tener tus dientes para evitar la formación de caries: la fluoroapatita. Es mucho más fuerte, más resistente a la caries y lucha por proteger tus dientes.
El flúor se presenta en dos variedades: tópico y sistémico. Dependiendo de su salud bucodental o de la recomendación del doctor, es posible que se le exija un tratamiento con flúor cada tres, seis o doce meses. También pueden prescribir un producto de flúor como un enjuague bucal, gel o enjuague antibacteriano para el tratamiento en el hogar para mantener sus dientes felices entre las visitas.
Si tiene alguna otra pregunta sobre el flúor o su tratamiento, no dude en llamarnos.