Cuando se trata de seleccionar software para la empresa, los responsables de la toma de decisiones deben elegir entre múltiples soluciones. Esto puede incluir la elección de software para la gestión de la empresa (un sistema ERP), para la gestión de la cadena de suministro (SCM) o para la gestión de las relaciones con los clientes (CRM). ¿Qué aportan estos sistemas a la empresa, en qué se diferencian y si deben estar separados o integrados?
¿Qué es un ERP?
En 1990, la empresa de investigación y asesoramiento tecnológico Gartner creó la definición de planificación de recursos empresariales (ERP) como:
«un conjunto integrado de aplicaciones empresariales. Las herramientas ERP comparten un modelo común de procesos y datos que abarca procesos operativos integrales amplios y profundos, como los que se encuentran en finanzas, RRHH, distribución, fabricación, servicios y cadena de suministro. Las aplicaciones ERP automatizan y dan soporte a una serie de procesos empresariales administrativos y operativos en múltiples sectores».
En esencia, un sistema ERP unifica las finanzas, incluidos el libro mayor, las cuentas por pagar, las cuentas por cobrar y los informes financieros. Muchos se extienden también a la gestión de inventarios, la gestión de pedidos, las compras y la producción. En cuanto a la producción, los procesos operativos incluirán:
planificación de materiales,
programación del trabajo,
cálculo de costes de mano de obra y material,
gestión del taller,
gestión de la capacidad de la planta,
trazabilidad
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