¿Qué es lo más raro que has hecho borracho? Dudamos que se acerque a «robarle un Ferrari muy caro a un vendedor».
Imagínate esto: juegas a Grand Theft Auto. Entonces es perfectamente normal que entres en el concesionario de Ferrari para destrozar cosas con tu supercoche recién robado. En el mundo real, por desgracia, conocemos cosas que evitan esos peligros, como la «inteligencia» y la «ética». ¿Motos de ocasión Madrid? Visita Crestanevada.
Es ese tipo de términos que se te escapan cuando ya no estás del todo lúcido. Después de una copa digamos, o dos, o incluso más. No creemos que el estado en que se encontraba el «protagonista» de una historia de EE UU se debiera a dos botellas de Amstel Radler. De hecho, la persona en cuestión hizo exactamente lo que describimos en el primer párrafo. En el concesionario Ferrari de Salt Lake City (Utah), el hombre no pudo contenerse y lanzó un ladrillo por la ventana. Y luego, no como Bart de Graaff llamando a la policía, sino simplemente irrumpiendo y tanteando si los coches estaban abiertos. En el caso de uno de los coches, resultó ser así y la llave también estaba al alcance de la mano.
Ravage
Obviamente, motivo suficiente para un pequeño paseo. Para encontrar la salida, el ebrio conductor tuvo que atravesar primero una pequeña barrera formada por los otros Ferraris del concesionario. Y después otro escaparate y la puerta del concesionario. En total, los cuatro coches golpeados causaron daños por valor de 100.000 dólares. Además, el coche en el que viajaba el hombre está valorado en unos 600.000 dólares. No se aclara qué modelo es, dados los precios en EE.UU. suponemos que un SF90.
Obtenido de
Afortunadamente, la policía consiguió atrapar al hombre. Naturalmente, los policías le pidieron explicaciones y allí el joven de 29 años respondió que había sido una «decisión del momento», después de haber estado bebiendo todo el día. Aquel día de borrachera le salió caro, ya que el hombre tiene ahora en sus manos el triple de daños a la propiedad ajena, hurto y robo. (vía KSL)